Mariano Galván
“ ... Mucho se habla acerca de la muerte, o mejor dicho se le trata de
buscar una explicación, pues siempre que de la muerte se trata, se hace
una mirada esquiva, pero a lo que mi mundo compete, el cual es la
montaña. La muerte tiene un gran debate y es motivo para analizar la
vida de la persona y se la cuestiona, porque por empezar, subir montañas
es totalmente inútil, un sinsentido en los tiempos que corren. Se gasta
plata, se pasa frio, uno se arriesga de mas, no te bañas por unos días,
te podés resfriar e infinidad de cosas más que la gente que se arrulla
entre paredes y respira aire acondicionado argumenta para no salir de
sus lindas jaulas con arena para gatos. Pero quisiera agregarle algo a
su lista de excusas: te ausentas del boliche o del bar que frecuentas,
respiras aire limpio, alimentas el alma con amaneceres (esa cosita que
se halla dentro tuyo y que tan poco cuidado le das), compartís, tomas
conciencia de tu respiración, tienes tiempo para reflexionar, y cuando
bajas podes comer un poco de más sin culpa, que es la mejor manera en
que los alimentos no te hagan mal, y muchas otras virtudes, que solo
aquellos que persiguen lo inútil de querer ver un poco mas allá y de
tener nuevas experiencias, saben. Lo que me llama mucho la atención es
que estos últimos caminan por la vida sin querer convencer a nadie de
que el camino que eligieron es el correcto, pues saben que no hay un
solo camino para llegar a la cima. En cambio, aquellos que no pueden
entender cómo es que hay nieve en pleno verano en las montañas, se
afanan por querer darte mil excusas para menospreciar tu actividad, para
demostrarte que aun estas a tiempo de dejar esa locura y acompañarlos
en sus eternas horas frente al televisor, o que te sumes a su grupo de
WhatsApp. Afortunadamente los que alguna vez hemos sentido el esfuerzo
por ascender alguna montaña, soportamos estoicamente el embate, como lo
hacemos con los fuertes vientos, o tormentas. Pues combatimos a lo que
debemos.